ARTISTA

«Perdiendo el tiempo cortando papelillos de colores con unas tijeras»

Muchísimas veces siento la sensación de estar perdiendo el tiempo. Desde muy joven mis padres me repetían la idea “de que el tiempo es oro”. Me lo decían con la intención que si no sacaba partido de las horas que disponía, sería un vago y un don nadie.

Hoy día, hacen sumergir a los niños después del colegio con clases de piano, inglés, natación, judo, etc. En resumen, una lista de actividades extras en que los adolescentes se ven inmersos los cuales les hacen acabar su jornada diaria justo antes de irse a la cama.

¿Y sabes por qué?  Pues porque se le imponen ser los mejores, ser los triunfadores del futuro y con el añadido le imponen “que siempre se puede mejorar y por supuesto ser mejor que los demás”.

Para mí, todo esto es inexacto, coja por donde se coja. No tener la oportunidad de perder el tiempo en la infancia es un tremendo obstáculo para la creatividad y por supuesto para el desarrollo personal.

Te puedo decir con mi corazón en la mano, que no se es un tonto por perder algunas veces el tiempo.

Yo he perdido el tiempo en mi infancia de muchas maneras, por ejemplo, cogiendo unas tijeras y me distraía cortando papelillos de colores logrando en una cartulina esculpir un simple collage.

Perder el tiempo a veces no es malo, entretenerse con algo muy superficial te ayuda a recapacitar, te estabiliza el stress y porque es bueno quedarte a solas con tus propios sentimientos y dudas. Perder el tiempo te ayuda aclarar tu psique y tu bienestar.